La Peña Saprissa: el primer vivero de jugadores blanquiazules


La figura de Ricardo Saprissa ha sido investigada y reivindicada por diferentes autores. Un sportman total, destacando en tenis (disputó los Juegos Olímpicos de París 1924 formando parte de la delegación española), fútbol, boxeo, béisbol y hockey sobre hierba. Aunque nació en El Salvador, en 1901, sus padres eran catalanes, se trasladó de muy joven con su madre a Barcelona para continuar su formación. Tras la muerte de su padre, volvería a El Salvador, donde empezaría a practicar diferentes deportes, destacando especialmente jugando al tenis.

Su carrera futbolística, estuvo ligada al RCD Espanyol, donde jugó entre 1922 y 1932, coincidiendo con la vuelta del mito Ricardo Zamora y la dirección del club de Genero de La Riva, considerado como el máximo responsable de la no desaparición del club después de las diferentes crisis y tras el desahucio del campo de la calle Muntaner. Aquel equipo ganaría la Copa del Rey de 1929, derrotando al Real Madrid por 2 a 1.

En 1930, la marcha de su amigo Ricardo Zamora al Real Madrid, lo catapultó a la capitanía del equipo. El 17 de febrero de 1932, se despedía del club, estableciéndose en Costa Rica, donde moriría en 1990. A pesar de su marcha al continente americano, continuó enviando fondos para financiar a la peña, un ejemplo más del amor que tenía por los colores de su equipo (Segura Palomares, 2000: 115).

Ricardo Saprissa apadrinó la creación de la Peña Saprissa, una organización que fue el gran vivero de jóvenes promesas blanquiazules que posteriormente tantas alegrías darían al club españolista, destacando los nombres propios de Martorell, Teruel, Pérez, Llimós, Trias , o incluso, el propio Manuel Meler llegó a formar parte de esta cantera españolista, tutelada por el técnico vasco Gamito Pasabalón y como se ha comentado anteriormente, estaba financiada por el propio Saprissa. Hasta los años cuarenta, la Peña Saprissa nutrió de jugadores al primer equipo, reflejado en el exitoso equipo de principios de la década de los 40.

Dos de los nombres destacados surgidos de la Peña Saprissa fueron los porteros Alberto Martorell y Josep Trias:

§  Alberto Martorell Otset, debutó en el primer equipo el 13 de enero de 1934, en un encuentro contra el FC Barcelona, ​​ganado por los blanquiazules por 3 a 2, causando una buena impresión por sus reflejos y seguridad bajo palos. El equipo recuperaría serenidad y seguridad tras la marcha de Ricardo Zamora al Real Madrid unas temporadas atrás. Fue el jugador más importante extraído de la Peña Saprissa, ingresando a la misma siendo un niño, formándose bajo las buenas directrices de Gamito Pasabalón. Con catorce años ya era suplente del primer equipo, y con diecisiete hacía su debut (Segura Palomares, 2000: 120-121).

 

La Guerra Civil cortó su carrera deportiva, pero en pleno conflicto bélico, viajaría a la ciudad belga de Amberes para participar en la III Olimpiada Obrera, donde formaría parte de la selección española elegida para la festividad y en la que disputarían unas semifinales muy recordadas contra el gran equipo de la URSS. Aparte del propio Martorell (ya en el primer equipo desde 1934), también formaban parte de la Peña Saprissa que formaron la selección obrera el defensa José Griñán y el delantero Alfredo Sanmiguel. Alberto Martorell, sufrió una sanción que no le permitió jugar una vez finalizada la guerra. Se retiraría en 1946 (sólo habiendo jugado en el RCD Espanyol) iniciando su carrera médica.

Alberto Martorell. Visions de guerra i de rereguarda, pág.9

§  Josep Trias es otra ejemplo de la formación salida de la peña. Portero aparecido en plena Guerra Civil, era llamado coloquialmente como La Rosario. El 17 de octubre de 1938 debutaba en el campo del Júpiter, en un encuentro de los campeonatos catalanes. Según palabras del propio Josep Trias, "aquella mañana había jugado con la Peña Saprissa. A la hora de comer se presentó en casa Gamito y me preguntó si me atrevería a jugar otro partir por la tarde [...]. Y no me lo pensé: hacia el Poblenou!" (Segura Palomares, 2000: 125). También fue una vez internacional al 1941.

 

Las consecuencias de la guerra se hicieron latentes durante la posguerra, donde los equipos estaban mermados, tanto en efectivos como económicamente. En estas situaciones, es donde florecen los jugadores de base, y la Peña Saprissa jugó un papel capital. Jugadores como Josep Trias, Teruel, Llimós o Más, ya formaron parte del primer equipo después de la guerra. Su participación no fue testimonial. En 1940, el equipo ganaría la Copa del Generalísimo, perdiendo la final de la edición siguiente contra el Valencia (Segura Palomares, 2000: 126). 

La cantera blanquiazul ha sido tradicionalmente un potente vivero de talento futbolístico, con mucho prestigio, no sólo para el primer equipo españolista, si no para el resto de equipos de primera división.

 En cuanto a Saprissa, la llamada de su hermano para gestionar un negocio textil en la capital de Costa Rica, lo hizo asentarse en el continente americano, continuando ligado al mundo del deporte, tanto como deportista y gestor. Su amor por el deporte y el fútbol, lo hizo apadrinar nuevamente la creación de un club, el cual, por consenso fue llamado como Saprissa Fútbol Club, entidad que pasaría a denominarse como Deportivo Saprissa a partir de 1948. Ricardo presidió el club durante muchos años, además de recibir el homenaje de ponerle su nombre al estadio. Su legado altruista todavía está presente en el país centroamericano.

 

Luis Sánchez López

 

Bibliografía:

 

Segura Palomares, Joan. Cent anys d'història del RCD Espanyol de Barcelona. Barcelona : Fundació Privada RCD Espanyol de Barcelona, 2000.

 

*Esta obra está disponible para consulta en el Centro de Estudios Olímpicos y del Deporte Juan Antonio Samaranch. Para consultas, podéis contactar en ceosamaranch@fbolimpica.es


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