Homenajes Olímpicos: Derartu Tulu - Elana Meyer (II)

Si pregunto a los amantes del olimpismo, y del deporte en general, sobre la posibilidad que realicen un ejercicio de memoria para recordar 20 imágenes características de los Juegos Olímpicos de Barcelona’92, seguramente, una de ellas tendría que ver con nuestras dos protagonistas.


Por un lado, Derartu Tulu (21/3/1972), nació en Bejoki, una localidad que pertenece a la región de Oromía (Etiopia), conocida por ser lugar de nacimiento de importantes atletas africanos como las hermanas Dibaba (Ejegayehu y Tirunesh), Fatuma Roba o los hermanos Bekele (Tariku y Kenenisa, gran dominador de las pruebas de fondo). Derartu Tulu pertenecía a una familia humilde que vivían de la ganadería. Se convirtió en la primera mujer africana de color que ganó un oro olímpico. Este logro histórico lo consiguió en la prueba de los 10.000 metros lisos en los Juegos Olímpicos de Barcelona’92. En la misma distancia, también compitió en los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996 (cuarta posición), en los Juegos Olímpicos de Sídney de 2000 (medalla de oro), donde fue la abanderada de Etiopia, y en los Juegos Olímpicos de Atenas de 2004 (medalla de bronce).

 

Por otro lado, Elana Meyer (10/10/1966), nació en Albertinia, una localidad que pertenece al municipio de Hessequa, en la región de Western Cape (Sudáfrica). Elana Meyer participó en los Juegos Olímpicos de Barcelona’92 (medalla de plata) en la prueba de los 10.000 metros lisos, en los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996 (no finalizó la prueba de Maratón) y en los Juegos Olímpicos de Sídney de 2000 (octavo puesto) en la prueba de los 10.000 metros lisos.



El 7 de agosto de 1992, estas dos corredoras de larga distancia protagonizaron uno de los momentos más emotivos y representativos en la historia de los Juegos Olímpicos. Todo ocurrió en la final de los 10.000 metros lisos que se desarrolló en el Estadio de Montjuïc. Derartu Tulu (oro) y Elana Meyer (plata) lideraron la carrera la mayor parte del tiempo. Finalmente, Derartu Tulu consiguió distanciarse de las otras corredoras y consiguió el preciado oro. Después que las dos atletas cruzaran la meta, se felicitaran por el resultado, se abrazaran, se colgaran las respectivas banderas, la bandera de Etiopia (Derartu Tulu) y la bandera olímpica (Elana Meyer), nuestras dos protagonistas realizaron conjuntamente una emotiva vuelta de honor que simbolizó el triunfo de África, la unión y la paz de las naciones en las competiciones deportivas y la igualdad de razas. “Para los optimistas, estos juegos habrán dejado calar una nota de esperanza. La gran –si no la única- emoción fue provocada por dos pequeñas mujeres, la etíope Derartu Tulu y la sudafricana Elana Meyer, abrazadas, en una vuelta de honor triunfal tras su formidable batalla en los 10.000 metros. África negra y África blanca reunidas en un doble símbolo de esperanza para el continente negro: la liberación de la mujer, el fin del ‘apartheid’. La imagen de los Juegos de 1992. (La Vanguardia, pág. 31, del 11 de agosto de 1992).

 

Si bien, Derartu Tulu, como ya se mencionó anteriormente, se convirtió en la primera mujer de color en ganar una medalla de oro olímpica, Elana Meyer tuvo el honor de ganar la primera medalla para la delegación sudafricana después de sus 32 años de ausencia de la cita olímpica. Cabe recordar que Sudáfrica fue apartada de la participación en los Juegos Olímpicos des de 1962, a causa del veto internacional por las políticas de segregación racial, conocida como apartheid, y que no fue readmitida hasta los Juegos Olímpicos de Barcelona’92 donde Nelson Mandela, uno de los principales activistas defensores de la paz y la igualad de la historia, tuvo un papel determinante. Mandela fue una de las autoridades internacionales presentes en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Barcelona’92. Durante el desfile de la delegación sudafricana, en esa época aún tenía pocos deportistas de color en sus filas, Mandela se levantó y vio de pie todo el trayecto de los deportistas sudafricanos.

 

En una entrevista posterior a ganar el oro, la tímida Derartu Tulu, su entrenador ejercía de interprete para traducir las preguntas y sus declaraciones, comentaba sus primeros pasos en el mundo de las largas distancias “…cuando empezó a correr estaba obligada a hacerlo con una falda larga, pero en 1988 las cosas cambiaron, aunque para las mujeres africanas es muy difícil llegar a ser campeonas. Hay que tener mucho carácter, saber imponerse en una sociedad donde mandan los hombres y pesa mucho la familia y la religión. (La Vanguardia, pág. 9, del 9 de agosto de 1992).  



Por cierto, es de justicia recordar que, después de Derartu Tulu y Elana Meyer, la tercera posición de los 10.000 metros lisos en los Juegos Olímpicos de Barcelona’92, y, por tanto, medalla de bronce, fue para la norteamericana Lynn Jennings. (COOB'92, 1992: 130)

 

Sin duda, en unos Juegos Olímpicos donde el lema era “Amigos Para Siempre” esta historia permite recordar un logro social que se pudo dar a conocer internacionalmente gracias al deporte y a los medios de comunicación allí presentes.

 

Nuestro humilde homenaje a estas dos heroínas que decidieron dar una lección de deportividad, respeto, unión, tolerancia y paz. Ocurrió en Barcelona, mi ciudad.


Raül Vázquez Coma

 

Sabías que … la Fundació Barcelona Olímpica custodia el Archivo Fotográfico y Audiovisual de los Juegos Olímpicos de Barcelona ’92.


Fotografia Derartu Tulu i Elana Meyer © Arxiu Fundació Barcelona Olímpica  


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Bibliografia: 

(COOB’92 (1992): Memoria oficial de los Juegos de la XXV Olimpíada, Barcelona 1992. V. 4. Los juegos: dieciséis días de verano. Barcelona: COOB’92. ISBN 84-7868-106-X.)

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