Eugenio Rufino Serrano de Casanova: el impulsor de la Exposición Universal de 1888

© Arxiu Municipal Contemporani de Barcelona

La propuesta de organizar la primera Exposición Universal en territorio español la planteó un empresario gallego llamado Eugenio Rufino Serrano de Casanova (1841-1920). Nacido en Neda, provincia de A Coruña, en el marco de una familia acomodada, su padre fue el alcalde de Ferrol en dos ocasiones y era el propietario de una fábrica de pieles. A los 18 años, Eugenio R. Serrano de Casanova se trasladó a Madrid donde inició sus estudios mercantiles. Una vez finalizó los estudios, Eugenio R. Serrano de Casanova enroló en el ejército carlista y se trasladó hasta Barcelona para participar en la Segunda Guerra Carlista [1].

 

Una vez finalizado el conflicto bélico, Eugenio R. Serrano de Casanova viajó a Paris donde fundó la revista Gazette des Touristes, era director y propietario, desde la que realizó diferentes actividades de promoción destinadas al turismo. Una de sus principales tareas era acompañar a los turistas adinerados a visitar las diferentes exposiciones que se realizaban a finales del siglo XIX por el continente europeo. Este trabajo de asesor y guía cultural lo combinaba con la profesión de profesor mercantil.

 

En 1873, Eugenio R. Serrano de Casanova visitó la Exposición Internacional de Viena y quedó fascinado por la envergadura de este evento. Tres años después, fue nombrado secretario de la Exposición de Filatélica, representando a España, y a partir de ese momento su trayectoria profesional estuvo marcada por su participación como comisario de España en todas las exposiciones universales que se celebraron en Europa (París, Frankfurt, Burdeos, Ámsterdam, Niza, Amberes o Liverpool).

 

Establecido de nuevo en Barcelona (1885), y con todos sus conocimientos y contactos que tenía en ese momento fruto de sus viajes, Eugenio R. Serrano de Casanova se vio preparado para coordinar, gestionar e impulsar la realización de una Exposición Universal en España. El lugar elegido para presentar este proyecto fue Barcelona. Hay que tener presente que la ciudad era un emplazamiento destacado, cerca de la frontera francesa y se veía como una ciudad clave para recibir una masiva visita de los turistas europeos. “Barcelona, por su situación geográfica, reúne condiciones superiores a las otras ciudades de España, para la exposición que se proyecta. Sus comunicaciones y medios fáciles de transporte, sus valiosos elementos, su riqueza, el carácter de sus habitantes y la inteligencia y actividad de sus obreros, aparte de otras circunstancias, contribuyen especialmente a que pueda tener vida el pensamiento.” (La Vanguardia, pág. 6, del 15 de marzo de 1885)

 

El 11 de marzo de 1885, Eugenio R. Serrano de Casanova presentó en el Ayuntamiento de Barcelona un proyecto empresarial donde quedaban definidos las pautas de cómo se gestionaría la posible llegada de la Exposición Universal en la ciudad. Él se postulaba como organizador y gestor, sin ningún tipo de subvenciones económicas, para realizar el proyecto a cambio de la cesión gratuita de un solar de unos 200.000 m², el cual pudiera ser explotado durante el periodo del certamen, y también pedía la cesión de los derechos de explotación del evento. “Que al señor Serrano Casanova se le cedan gratuitamente terrenos del Parque no aprovechados en el día y los contiguos de pertenencia del Municipio situados en la parte Este y Norte de los cuarteles en construcción, por durante el tiempo de construcción, duración y demolición de los edificios que levante con destino a una Exposición internacional. La ocupación de estos terrenos no podrá exceder de dos años y medio, a contar desde la fecha de la inauguración de las obras (…) El precio de entrada general para visitar la proyectada Exposición será el de una peseta, exceptuando un día por semana, que será de dos, y otro, que será de cincuenta céntimos.” (La Vanguardia, pág. 2, del 19 de junio de 1885)

 

El Ayuntamiento de Barcelona se mostró interesado en el proyecto, especialmente el alcalde Francesc de Paula Rius i Taulet, y el acuerdo se firmó el 9 de junio de 1885. “El señor Casanova visitó ayer al señor Alcalde para exponerle el pensamiento de celebrar en Barcelona una Exposición internacional dentro el tiempo que se juzgue necesario para llevar a cabo los trabajos indispensables, dándole explicaciones y detalles relativos a tan importante proyecto.” (La Vanguardia, portada, del 7 de marzo de 1885)

 

La Vanguardia, portada, del 7 de marzo de 1885

El siglo XIX estaba llegando a su fin y la ciudad se iba preparando para organizar un evento internacional de primer nivel. Hay que recordar que sería la primera Exposición Universal celebrada en territorio español. Eugenio R. Serrano de Casanova tenía clara su voluntad de llevar a cabo el proyecto y necesitaba todos los apoyos posibles. “(…) Eugenio R. Serrano de Casanovas, reunió anteayer en fraternal banquete a toda la prensa de esta ciudad, para exponerle el pensamiento que acariciaría celebrar una exposición internacional en Barcelona y recabar de la misma su valioso apoyo (…) Todos los allí reunidos acogieron con entusiasmo el proyecto.” (La Vanguardia, pág. 6, del 15 de marzo de 1885)

 

Sin duda, la organización de este evento internacional marcaría el cambio urbanístico de la ciudad, además de contribuir a dar empuje a un movimiento artístico y cultural de aquel momento: el modernismo. Con el objetivo de mostrar su mejor cara a nivel internacional, Barcelona se engalanó y fue proyectando algunos de sus emblemas arquitectónicos como la Plaza Cataluña, el Arco de Triunfo, el Parque de la Ciutadella, la Estatua de Colón o la iluminación eléctrica a las primeras calles de la ciudad.

 

Desgraciadamente, el proyecto de Eugenio R. Serrano de Casanova no llegó a realizarse. Según algunas crónicas debido a que con el paso del tiempo la Exposición Universal se iba convirtiendo en un proyecto faraónico y superó por completo las capacidades empresariales de Eugenio R. Serrano de Casanova. “(…) en vista de las dificultades que se presentan al señor Serrano Casanova para llevar a cabo la Exposición universal de esta ciudad, nuestro Ayuntamiento se encargaba por su cuenta de la realización del pensamiento.” (La Vanguardia, pág. 6, del 18 de enero de 1887)

 

Por este motivo, el Ayuntamiento de Barcelona obligó, en abril de 1887, a que Eugenio R. Serrano de Casanova renunciase a su sueño de organizar la Exposición Universal de 1888 y desde ese momento, el Ayuntamiento de Barcelona asumió la realización del proyecto y trabajó duro para poder inaugurar la Exposición Universal en mayo de 1888.

 

Eugenio R. Serrano de Casanova murió en Barcelona en 1920 y el anonimato le acompañó incluso a la tumba ya que sus restos acabaron en una fosa común del cementerio de Montjuïc.

 

Nuestro humilde homenaje a un gallego que fue uno de los principales impulsores de la llegada de la Exposición Universal de 1888 a nuestra ciudad. 

 

Raül Vázquez Coma

 

*Puede consultar más información acerca de nuestro protagonista en el libro "Eugenio R. Serrano de Casanova. Un nedense universal.", ed. Concello de Neda - Ayuntamiento de Neda, 2010.

 



[1] La Segunda Guerra Carlina (1846-1849), también conocida como Guerra dels Matiners, fue un conflicto bélico del siglo XIX, enmarcada en el contexto del enfrentamiento originado por el conflicto de sucesión dinástica a la Corona de España.

 

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