Serie: Pasajes deportivos de la posguerra (1939-1945) IX

La familia Granados unidos por el agua


Repasando la hemeroteca de El Mundo Deportivo, el día 24 de abril de 1940, encontré la noticia de que Enrique Granados Gal retornaba al club de toda su vida, el Club Natación. Barcelona (CNB). El currículum de este nadador y waterpolista –ahora en funciones de entrenador- era espectacular: campeón de España de 100 metros libres (1923); campeón de España de waterpolo de 1917 a 1920 y olímpico con el equipo de waterpolo en los Juegos Olímpicos de Amberes (1920) y París (1924). De la estancia en Amberes, Enrique Granados Gal se trajo una enseñanza importante que transformó el estilo de nadar en nuestro país. Allí observó, por primera vez, como los nadadores estadounidenses empleaban un estilo de nadar nuevo, el crol, entre ellos Duke Kahanamoku, un nadador de origen hawaiano, que se había proclamado campeón olímpico en los 100 metros libres en los Juegos Olímpicos de Estocolmo (1912) y Amberes (1920). De regreso a Barcelona, Enrique Granados enseñaría el nuevo estilo a los socios del club de la Escollera. “Los Juegos Olímpicos de Amberes fueron decisivos para la natación española, Dos de los olímpicos de nuestro país en waterpolo, Enrique Granados y Francisco de S. Gibert, trajeron en sus mentes muchísimos proyectos. Enrique Granados Gal, hijo del mundialmente famoso músico, estuvo observando atentamente los movimientos de <<crawl>> de aquel fenómeno hawaiano, Duke Kahanamoku, que Granados, con gran facilidad de captación, imitó en la propia piscina de Amberes y que después, en Barcelona y en la recién inauguraa piscina de La Escollera, enseño a los socios del club decano.(El Mundo Deportivo, pág. 47, del 7 de setiembre de 1969). Finalizada su carrera como deportista, Enrique Granados trabajó en la sección de waterpolo del CNB de 1926 a 1932. Al finalizar la temporada, ficha por el Real Canoe Natación Club –club madrileño fundado en 1930- y crea la sección de waterpolo. Enrique Granados se casó con la también nadadora María Aumacellas Salayet, una de las pioneras de la natación sincronizada, y en 1934 les nació en Barcelona su hijo, Enrique Granados Aumacellas, que para no ser menos siguió la estela de su padre.


El Mundo Deportivo, pág. 47, del 7 de setiembre de 1969

En los años que Enrique Granados Gal se dio a conocer en el mundo del deporte ya habían fallecido sus padres, el compositor Pantaleón Enrique Joaquín Granados Campiñá y su esposa Amparo Gal Lloveras, ambos fallecieron en un trágico accidente en el mar en 1916. La historia de la muerte del matrimonio tiene cierta semejanza con la película Titanic. Granados había sido invitado en marzo de 1916 a la Casa Blanca, siendo presidente de los Estados Unidos Thomas Woodrow Wilson, para presentar una de sus obras más populares, Goyescas, que había estrenado en el Palau de la Música en 1911. Fue su primer viaje transoceánico, y regresó a nuestro país en el barco francés Sussex, el cual hacía escala en Londres. Lamentablemente, estando Europa inmersa en la I Guerra Mundial, tuvo la mala suerte de que su barco se topara, en el canal de La Mancha, con un submarino alemán y fuera torpedeado por error. Un torpedo del sumergible hizo impacto y provocó su hundimiento. Hay varias versiones de cómo falleció Granados y su mujer. En una se dice que fue recogido por una lancha de salvamento, pero se precipitó al agua en busca de su mujer sin que consiguiera rescatarla. En otra se sostiene la hipótesis que el matrimonio murió a causa de la explosión en el salón de primera clase. Y la última versión, que ambos se encontraron en el agua y acabaron ahogados. “…Granados ve a Amparo en el agua y se lanza tras ella a salvarla. Ella sabe nada, Enrique, no. Consiguen agarrarse a un madero, pero muy pronto desaparecen los dos engullidos por las aguas.(La Vanguardia, pág. 50, del 27 de marzo de 2016) Lo cierto es que Granados y Amparo formaron parte de la lista de los 80 fallecidos.

 

La estancia de Enrique Granados Gal en Barcelona fue corta. En 1943 cogió las maletas y regresó al Real Canoe Natación Club donde revolucionó la natación madrileña. Como se puede leer en el artículo “Centenario: 1943-1947, un lustro de hegemonía de la reflotada natación castellana”, que se encuentra en la web de la Federación Española de Natación, “La supremacía de la natación canaria en 1941 y 42 en las sedes de Vigo y Tenerife, se topó con un hecho incontestable, la vuelta de Enrique Granados de Barcelona (CNB) a Madrid, concretamente al Club Natación Canoe. Y esta no es una cuestión menor, pues a partir de ese momento todo empieza a girar en la capital alrededor del prestigioso entrenador. Los directivos madrileños muestran gran habilidad, mientras que Granados pone el talento y los objetivos altos, y los nadadores esfuerzo, trabajo y resultados. Granados Gal fue un visionario, un forjador de campeones…(Rodrigo Gil-Sabio y Manolo Escudero Cordón, 2020). Tal fue su trabajo en la capital de España, que, en 1959, el Ayuntamiento de Madrid le dedicó una placa en la Piscina Municipal de la Casa de Campo: “Don Enrique Granados Gal, Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid, en prueba de gratitud por su gran obra en la natación madrileña y española”. (La Vanguardia, pág. 21, del 31 de julio de 1959).

 

Enrique Granados Gal falleció el 27 de julio de 1959 y la portada de El Mundo Deportivo se hizo eco de la triste noticia, y nos abrió la puerta al conocimiento de que Granados fue un deportista polifacético. “El deporte español está de luto, y de una manera especial la natación…destacó en las más diversas disciplinas … Gran nadador y waterpolista … tomó parte en diferentes carreras motociclistas de velocidad, destacando en ellas por su arrojo y pericia, conquistó el título de campeón regional de salto con pértiga y su nombre cuenta, además, como uno de los pioneros del esquí de alta montaña.” Granados fue enterrado en el cementerio de la Almudena de Madrid (El Mundo Deportivo, portada, del 30 de julio de 1953).

El Mundo Deportivo, portada, del 30 de julio de 1953

Su relevo lo recogieron Jorge y Enrique Granados Aumacellas, sus hijos. De éstos sería Enrique quién más destacaría. Enrique, debutó con sólo 14 años (1948) formando parte del equipo de relevos 4x200 metros libres con la Federación Centro (Federación Madrileña de Natación). En su extenso palmarés figuran 11 campeonatos de España y 21 récords individuales. Como internacional estuvo presente en los I Juegos Mediterráneos celebrados en Alejandría (1951); los Juegos Olímpicos de Helsinki (1952), en la disciplina de waterpolo; en los Juegos Mediterráneos de Barcelona (1955) y era uno de los cinco deportistas seleccionados para acudir a los Juegos Olímpicos de Melbourne (1956), pero el boicot de España, por la invasión de Hungría por las fuerzas soviéticas, lo impidió.

 

Finalizada su carrera deportiva destacó como entrenador y dirigente. Fue, en dos ocasiones, presidente de la Federación Balear de Natación, y de la Federación Española de Natación asumiría la presidencia de la Comisión Técnica y la Secretaría General. Además, como se destaca en el “Obituario autorizado de Enrique Granados Aumacellas”, publicado en la web de la Federación Española de Natación. “…cuando le es concedida a España la organización del Mundial 86, cuya presidencia ostenta Enrique Landa, le designa como colaborador más inmediato, esto es, Director General del Comité Organizador del M86. Hombre metódico y trabajador, Granados consigue llevar el desarrollo del citado Mundial con una eficacia y eficiencia notable, mereciendo todos los parabienes de la FINA.” (Ramiro Cerdà Gómez, 2018). Enrique Granados Aumacellas falleció el 27 de octubre de 2018.

 

Como ya mencioné, su hermano Jorge no consiguió los resultados de Enrique, pero, aún hoy sigue en activo. Es el responsable de la Sección Masters del Club Natación Palma y ha participado en campeonatos nacionales e internacionales de dicha categoría alcanzando excelentes resultados.

 

Para finalizar, y por mi interés en la materia de las buenas prácticas ambientales asociadas al deporte, quiero destacar una actividad que lideró Jorge Granados en Palma de Mallorca: el plogging o eco-swimming. Consiste esencialmente en recoger basura mientras se realiza la actividad deportiva. Jorge Granados, en una entrevista concedida a la Cope, el 24 de agosto de 2018, decía Nosotros nos entrenamos para las aguas abiertas y además miramos de limpiar lo que encontramos, que es una porquería. Y como yo conocía esta zona de Son Verí Nou, al entrenamiento que realizamos allí, yo propuse que nos paráramos allí y limpiar la zona.”. (Adrián Sansó, 2018).

 

Más de cien años, dos generaciones de una familia entregada y unida al agua hasta la muerte. Nuestro humilde reconocimiento a todos ellos.

 

Julio Pernas


 

Rodrigo Gil-Sabio y Manolo Escudero Cordón (2020). Centenario: 1943-1947, un lustro de hegemonía de la reflotada natación castellana”, Federación Española de Natación, 28 de abril. https://rfen.es/es/posts/news/310303 [3 de junio de 2020].

 

Ramiro Cerdà Gómez (2018). Obituario autorizado de Enrique Granados Aumacellas”, Federación Española de Natación, 23 de noviembre https://rfen.es/es/posts/news/244757 [3 de junio de 2020].

 

Adrián Sansó (2018). “El Eco-Swimming” llega a Mallorca de la mano de los nadadores master del CN Palma, Cope, 24 de agosto https://www.cope.es/emisoras/illes-balears/baleares/mallorca/noticias/eco-swimming-llega-mallorca-mano-los-nadadores-master-del-palma-20180824_251893 [3 de junio de 2020].

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